¿Suena bien, verdad?, pues “mejor huele y sabe”, decían algunos. Un viaje fugaz a Canarias en el que se les dio a conocer la original campaña de voluntariado desarrollada a nivel internacional y nacional, para el turismo de las Islas Canarias. Todos ellos quedaron fascinados tanto con la comida como con la original campaña, muestra de ello fue que en pocos días ya todos habían escrito sobre el entrañable encuentro afortunado.
Un encuentro que finalizo con el lanzamiento de un concurso en el que, todos y cada uno de ellos tenían la oportunidad de demostrar sus dotes como escritores. Concurso que consistía en escribir un párrafo de 500 caracteres como máximo que llevara consigo al menos 5 palabras claves relacionadas con las Islas Canarias, entre las que se encuentran las siguientes: Islas Canarias, turismo, comparte tu fortuna, encuentros afortunados, voluntarios canarios, innovación, comunicación, publicidad, viajes, turistas, internet, televisión, spot, cabildos, compartimos, naranja, misión, casting, water sports, family welcome, volcanic experience y wellness delight. Todo ello debía realizarse en menos de 24 horas y en un orden según el número asignado a cada uno de ellos de manera aleatoria.
Este es el resultado, ¡creatividad al poder!:
1.
Las diez de la mañana. Salto de la cama. Me he dormido con la televisión encendida. Me coloco las alpargatas. ¡Están llenas de arena!. Me asomo a la terraza y encuentro un cartel en la fachada de enfrente: “Comparte tu fortuna”. ¡Como no quiera que comparta arena! Zaps, Zaps,.., me intento calzar a la pata coja, ¡ay, ay, que me caigo!, miro hacia arriba y leo en el mismo cartel: “¡Haz turismo y vente a las Islas Canarias. Ven a disfrutar de los encuentros afortunados”.
Busco la previsión del tiempo para los próximos días: lluvia y posibilidad de heladas. Arqueo la ceja y miro, café en mano, el programador de la calefacción: ¡tú me vas a arruinar, querido!. Enciendo de nuevo la tele y busco un canal de viajes. ¡Si he vuelto hace dos días! Junto dos galletas María, las mojo en el café, renuncio a mirar si se humedecen, porque en el espejo del aparador se refleja el cartel de la finca de al lado. ¡Chopf!. Las galletas, pienso, pero sigo sin retirar la vista del espejo.
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2.
Recordando los buenos momentos vividos en las Islas Canarias, me conformo ahora con observar en el ordenador las maravillas gastronómicas que nosotros, turistas por unos días, pudimos disfrutar en cada una de las siete islas.
Con toda la tropa revolucionada en casa, tengo a los peques reclamando una nueva experiencia de Family Welcome. Me deshago de las alpargatas, me esperan largas horas frente a la pantalla haciendo el collage de nuestros encuentros afortunados.
Pero no me doy por vencido, Internet me ayudará a localizar todas esas tiendas para disfrutar, desde un alejado asfalto, de sus productos culinarios. Sigo con el café, mientras se van preparando esas ricas papas con mojo picón…
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3.
Foto, foto, retoque, foto (ésta no me gusta, la borro), el peque que se pega un piñazo, foto, retoque, foto, se pegan por una naranja (y luego no hay quien les haga comer fruta a los jodios), foto, foto, ya llevo más de 100, esto no hay quien se lo trague…
Dejo el ordenador, luego sigo. Por la ventana se oyen gritos. Me asomo y veo a una horda de jovenzuelos vestidos de naranja dando botes y a grito pelao. Según la pancarta son voluntarios canarios que están montando otro casting para llevarse a algún iluminado a visitar las islas.
¿Y si me presento al casting? Pelea, naranja hecha zumo en la alfombra del salón, lloros. ¡Como vaya pa allá vas a llorar por algo!
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4.
Soy tan absurdo que en efecto me presenté al casting. Y lo pasé. Pero no para lo de las Islas Canarias. Como además de absurdo soy daltónico, me metí por error en la cola de OT: confundí a los voluntarios canarios con una horda de aves canoras escapadas de un after-hours. Da igual. Puede que el turismo no sea para mí, pero el show-business sí. ¡Tengo talento! Me lo dijo Risto Mejide después de que ofreciese una interpretación del Thriller que ríete tú de Michael Jackson en llamas. ¡Lo mío sí que fue una Volcanic Experience! Así que allá voy. A la Academia. Mi futuro es la televisión. ¡Voy a triunfar!
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5.
Primer día de academia. Todos con el uniforme naranja, que parecemos Eva Nasarre metida a butanera, compartimos el desayuno. ¡Qué ingenuos!, hablan de encuentros afortunados y piensan que están aquí para ser famosos, ganar viajes o hacer spots. Juas, juas, lo que no saben es que soy el topo de OT. Risto me ha encargado una misión: demostrar que los rizos de Nina son falsos y que todos hacen playback. Empiezo a cantar: ¡Escándalo, es un escándalo!, mientras mi sonrisa se vuelve maligna.
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6.
Ha sido en la estrofa del “siempre la misma rutina… mi cuerpo no se acostumbra a este amor entre penumbras que es más fuerte que un volcán”. Bloqueado, mudo, lo peor que te puede pasar en una gala de televisión. Letra que es martillo, he revivido el peso de las cuatro paredes del piso, el frío del separado, el cansancio invernal, la sed de encuentros afortunados. Deslumbrado por los focos, alucinado, sólo oigo cánticos de gurús: “Enjoyyy the wellness delight”, “Have yourrr volcanic experience”.
7.
Y empecé a recordar…
En realidad, mi romance con las afortunadas islas Canarias había empezado ya algunos años atrás en uno de mis viajes a la paradísiaca isla de La Palma. La isla bonita, la llaman los turistas. Un lugar mágico alejado de la civilización y de la mundanal vorágine del día a día. Allí había degustado mi primer queso asado con mojo, me había bañado en unas impresionantes piscinas naturales con vistas al océano y había contemplado el cielo más estrellado de toda mi vida. En La Palma sucedió mi volcanic experience y transcurrió mi curiosa historia con los voluntarios canarios.
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8.
Sí, fue allí donde hace años tuve uno de esos encuentros afortunados con una turista islandesa que había dejado su vida al lado de un volcán nevado para instalarse junto a otro cráter aquí, en La Palma, donde siempre luce el sol. Me enamoré al verla pasear con su bikini naranja por la arena negra. Fue un encuentro fugaz.
Así, cuando supe que los voluntarios canarios tendrían como misión una visita a Islandia no dudé. Necesitaba el trabajo no sólo para hacer publicidad de las islas. Tenía que volar a Reikiavik con otra intención: ver otra vez a mi querida Eyjafjalla.
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9.
Y aquí estoy, a diez mil pies, intentando que la azafata (¡uy! perdón, auxiliar de vuelo), acierte a traerme el café que pedí hace una hora). Mis compañeros de la misión diplomática del ¡vente a las islas canarias!, sin duda las más afortunadas, se han apoderado de la cabina a golpe de risas e ingenio. Quiero mi café. Un momento, algo pasa. El comandante advierte de un problema en un motor. Misión abortada, volvemos a Tenerife. Mejor, porque yo creo que la tal Eyjafjalla lleva meses haciendo volcanic experience con un rubio cachas que sale mucho en su Facebook, y yo soy más de hablar el lenguaje del amor en mi idioma. Pa’ti pa’siempre. Llegó a casa (vivo cerca del Cabildo), pongo la tele y veo que OT está que arde; uno de los triunfitos se ha caído en directo y su playback siguió dale que dale. ¡Cómo está la tele! Todo es mentira. Necesito una buena sesión de wellness delight ya. Voy a reservar en Internet.
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10.
- Ha llamado a Islas Canarias Wellness Delight. Si quiere contactar con Spa, marque o diga uno. Si quiere contactar con Medio Ambiente, marque o diga dos. Si quiere contactar con Viajes, marque o diga tres. Si conoce la extensión, márquela. Si no, espere y le pasaremos con uno de nuestros operadores.
- (Silencio).
- Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarle?
- Hola, estoy más estresado que Isabel Pantoja haciendo la Declaración de la Renta.
- No se preocupe. Éste será su encuentro afortunado.
- No, mire usted. El de la fortuna es Julián Muñoz, que sigue sin devolver las bolsas de basura.
- ¿Perdone?
- Olvídelo. Mi misión es descansar. ¿Alguna recomendación?
- El mejor pack es el ‘Volcanic Experience’.
- Sí, sí. Ése, ése. La lava me freirá el pelo. Todo lo que es bueno para Tita Thyssen es bueno para mí.
- ¡Uy!, no le oigo… (bip, bip, bip…).
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11. No pude seguir leyendo. Cerré el diario del cretino que, hasta entonces, había sido mi novio. En dos años, nunca me dijo que tenía hijos, que se lió con una turista en las Islas Canarias... ¡ni que era daltónico! Ahora cobraron sentido ciertas actitudes suyas un tanto sospechosas: como que en nuestro viaje a Tenerife, contratara el pack Wellness Delight (cuando él odia los spas) y que me animara a darme los tratamientos más largos, dejándole tiempo libre para sus flirteos. O que saliera a la calle hecho un mamarracho, mezclando chaqueta naranja y pantalón verde esmeralda. Olvidé el consejo de mi madre: “Hija, comparte tu fortuna con este chico. ¡Es divino!” A partir de ahora, sólo tenía una misión: ¡desenmascararle!
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12.
Misión a cumplir a la vez que la labor que tenía pendiente (a veces, la vida permite encuentros afortunados entre tarea y misión): cerrar el casting para el spot de turismo de las islas canarias que rodaríamos esa semana con este nuevo guión que acababa de enviar por correo electrónico. Con apenas 20 segundos en televisión, él sabría lo que sé, y lo que podría contar del tiempo que compartimos, esos años en que me engañé creyendo que éramos pareja cuando no fuimos más que turistas del otro.
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13.
E hice una lista, como siempre que tengo algo importante entre manos: “Cinco formas universales de vengarse dulce y escrupulosamente de alguien que te engañó”: 1. La televisión es tu amiga: úsala. 2. Escapa ( no huye) a un mínimo de dos horas de avión y un huso horario. A Canarias, por ejemplo. 3. La comunicación no es la base del amor: lo son las volcanic experiences. 4. Deshazte de cualquier cosa que se comprara en Hermès: adiós a las bolsas color naranja. 5. Recuerda: tú has sido el mejor de sus viajes. Fue entonces,, al poner el punto y final, cuando terminó mi misión.
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14.
Por fin tenía tiempo pensar en mi sueño: mi silla de ruedas con globos de alas, volaba.Mi vista abarcaba las Islas Canarias
Tenía uno de los encuentros afortunados que siempre había deseado,realizar un turismo diferente con uno de mis viajes más increíbles.
Al despertar de mi sueño, observé que no volaba, que me deslizaba por una islas accesibles, los globos eran voluntarios canarios,de naranja, y elegidos en un casting de amabilidad y ganas de vivir.
Vi en televisión y en internet el spot y me dije comparte tu fortuna y cuenta a tod@ el mundo lo que has vivido.
15.
Y dije: ¡Es el momento de relatar mi misión! Donde hice turismo y donde tuve encuentros afortunados con voluntarios canarios, quienes me aconsejaron que realizará water sports, aunque yo estaba más decidida por otra.. No dude en tomar notas de todas las recomendaciones que me hacían los lugareños que vestían de naranja como el color de una puesta de sol. Pensé en mi blog y lo titulé: ¡Tienes que compartir tu fortuna! Para que los lectores disfruten de las siete islas canarias y sus experiencias.
¡En breve, daremos a conocer al ganador!
